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IGLESIA
DULCE NOMBRE DE MARIA
SANTIAGO




EL DULCE NOMBRE DE MARÍA EN LA AMARGURA DE CALLE CARMEN

El tiempo ha ido amargando a esta conocida y popular calle del Centro de Santiago: la delincuencia, los vandalismos "artísticos" y la destrucción de parte del barrio para levantar nuevas edificaciones, son algunos de los males que acongojan a estas primeras cuadras desde la Alameda Bernardo O'Higgins hacia el Sur. Ello sin contar las atroces destrucciones deliberadas de patrimonio arquitectónico, que se han cometido por el bien de los sagrados atochamientos, la contaminación y la saturación vehicular de una ciudad colapsada.

Así pues, se botaron joyas de edificios históricos santiaguinos para hacer esa extraña entrada que hoy liga por arriba y por debajo del nivel de la calle a la Alameda con Carmen y Diagonal Paraguay, al frente del cerro Santa Lucía. Amargura casi urticante a la vista. El terremoto del 27 de febrero de 2010 ha causado algunas grandes huellas adicionales a toda esta calamidad.

Suerte que aún le queda esta pequeña "dulzura" en su arquitectura centenaria; blanca, impecable y con un estilo de base neogótica, aunque también marcada por el último terremoto: la Iglesia del Dulce Nombre de María, afortunadamente sigue en pie y en bastante buen estado después de todo, allí en Carmen 160, en la esquina con Curicó y a un lado del Instituto Comercial Blas Cañas, que lleva el nombre del Presbítero fundador de la casa religiosas hasta hoy administrada por las Hijas de Nuestra Señora de la Misericordia.

Según los datos que he podido reunir, la historia de la construcción de la Iglesia comienza el 4 de mayo de 1878, cuando el Vicario Jorge Montes emitió un decreto religioso en el que da inicio al levantamiento del edificio e inaugura oficialmente el inicio de las obras. Este templo sería propio para las actividades de las hermanas del grupo religioso del recinto, diferenciándose de la hermosa y lamentablemente hoy inexistente Iglesia del Carmen Alto o de San José, que estaba a la entrada de la calle del Carmen, cuyo nombre provenía precisamente de la presencia de las carmelitas. Fue otra temprana víctima del progreso del barrio.

El lugar escogido para la edificación fue un costado de la misma quinta ubicada, originalmente, en la calle del Carmen 168, terreno que Blas Cañas había recibido generosamente en 1856 del pintor y filántropo Alejandro Cicarelli y su esposa Rosa Vilches, para que trasladara hasta allá a la Casa de María para niñas pobres que el religioso acababa de iniciar en San Miguel, y de la que habría de surgir el Instituto en 1866, por disposición del Arzobispo Valdivieso. Luego, en 1870, la Casa es constituida en Congregación por autorización papal. Dos años después, Blas Cañas funda el Patrocinio de San José, siempre preocupado de dar protección y asistencia a los niños desvalidos. Cicarelli y su esposa descansan en una cripta interior, además de observarse obras del pintor en la decoración.

Pasaron algunos años antes de que tan bella construcción quedara totalmente concluida, hacia el cambio de siglo según parece, administrada y mantenida por las hermanas de la orden que allí daban valiosa asistencia a las niñas desposeídas. Lamentablemente, sin embargo, Blas Cañas falleció víctima de un ataque de peritonitis en 1886, cuando aún no cumplía los 60 años, de modo que no pudo disfrutar mucho contemplando tan hermosa obra.

La iglesia fue concebida como un templo de líneas góticas un tanto sencillo, con una torre de aguja y naves abovedadas al interior. Primó tanto en su decoración como en sus iconografía un delicado y exquisito sentido artístico, sin recargas ni excesos. Existen hermosas pinturas en los arcos, de modo que conviene mirar para todos los sentidos buscando estos detalles. Según la página web del Instituto Comercial Blas Cañas, fue el propio gusto refinado por el arte de don Blas el que está reflejado en esta ornamentación.

El altar mayor es de mármol con retoques esmeraldas, plateados y dorados. Curiosamente, se ve muy grande, como si perteneciera a una iglesia de mayores dimensiones, aunque no llega a ser desproporcionado, pues este templo potencia su nave central hacia la altura, hacia la verticalidad, donde el diseño arquitectónico consigue la amplitud del espacio que su más bien pequeña o estrecha planta no le entrega.

Otra particularidad del altar y de la iluminación de las naves es la forma en que sirven los vitrales de los coloridos ventanales como filtros de luz exterior que entra graciosamente al conjunto. Los colores predominantemente blancos y rosados -casi femeninos- de muros y estructuras, facilitan este efecto de atractivos reflejos e iluminaciones tonales. La disposición Este-Oeste del eje del templo permite, además, que las ventanas del costado Norte reciban la luz solar prácticamente durante todo el trayecto del astro por el cielo... O al menos así era hasta que se construyera la gran cantidad de altos edificios de departamentos que la rodean en nuestros días, en una tendencia y ritmo que están lejos de detenerse.

Al fondo de la nave izquierda, a un costado, está una pequeña habitación dedicada a don Blas Cañas y que sirve como museo para los visitantes. Del sacerdote que en su tiempo llegara a ser llamado como el Santísimo Padre por la sociedad chilena, se conservan allí algunas pertenencias personales, escritos y cuadros con pasajes de su vida, además de su propia cripta en otro lado del templo. Un pequeño pero interesante lugar del que intentaremos presentar una entreada de texto especialmente dedicada a él, a futuro.

(DOCUMENTO DE: www.urbatorium.blogspot.com, de Cristian Salazar, 8 de marzo de 2012)

UBICACION: calles Curicó esquina Carmen, Santiago











(fotografías WFL, sep. 2014)

ATAQUE ANARQUISTA MARXISTA DE OCTUBRE DE 1913

(Revista "Sucesos" de Valparaiso, N.582, 30 octubre 1913)

(Revista "Zig Zag" de Santiago, N.453, 23 octubre 1913)





FOTOGRAFIAS DE WFL, FEBRERO 2016

VISTA DESDE EL CERRO SANTA LUCIA 
FOTOGRAFIA DE WFL, DIC 2016

(Revista "En Viaje" de FF.CC. del Estado, N.349, nov. 1962)